Aura body swap

Ambos volvieron a la camioneta tras todo el caos observado, Victor tomó el asiento de copiloto y dejó a Humberto subir al asiento del chófer cerrando los seguros luego de entrar -Conduce, sácanos de todo este caos en lo que pienso en algo- Victor dijo en un tono serio mientras miraba dentro del bolso de la mujer, sacando tanto la licencia de conducir como algo de dinero. -Ok calle Olivos, número 2353, llévanos ahí Ximena- Humberto en el cuerpo de Ximena aún algo aturdido por haber visto todo aquello encendió la camioneta, su falda se recorrió hacia arriba mientras conducía, dejando ver los muslos de la chica, lo que le distrajo un poco casi causando que chocaran con otro auto -Lo siento- -Detente aquí, ya se todo lo que necesitamos- Luego de detenerse Victor le explico todos los detalles de su nueva vida, tanto nombre, edad, fecha de nacimiento, quien era su padre, esto apoyándose en el teléfono de la mujer.-Ahora yo seré tu madre, Giselle, entendiste? me llamarás mamá y actuarás resp...

Llegamos a lo que parecía ser mi nuevo “hogar”, una casa relativamente grande, 2 pisos, muchas habitaciones y una enorme puerta roja, los padres de la mocosa me llevaron a su habitación, caminaba en silencio pretendiendo que seguía en shock, aparentemente había funcionado pues no me preguntaron nada,  solo me recostaron, la mujer beso mi frente y apagaron las luces. Fingí dormir por unos 20 minutos, claro no desperdicie ese tiempo, metí mi mano bajo la pijama y por fin le di un buen agarre a ese par de tetitas que me cargaba, la sensación era indescriptible, podía escuchar mis gemidos; que callaba a propósito, era de lo más erótico. Baje mi mano despacio, levante el pantalón de pijama que me habían dado en el hospital y comencé a tocar mi nuevo equipo, estaba empapada, era como un grifo abierto, y me encantaba, subí mi mano lentamente para oler aquellos fluidos, el aroma era delicado, procedí a probar mis nuevos jugos repitiendo el ciclo un par de veces. Luego de que todo ruido ces...

 Mi nombre es Alejandro, solía ser un chico normal de 16 años, estaba por terminar mi primer año en la preparatoria, tenía una novia maravillosa y una familia orgullosa de mí, no podía pedirle nada a nadie… o al menos eso pensaba. El padre de mi novia durante varios años había investigado una forma de evadir una extraña enfermedad que padecía, al ser un hombre adinerado los recursos no eran un problema, sin embargo sí que lo era el tiempo, que cada día parecía acortarse más y más. Su esposa, la señora Marisol le apoyaba en todo, sin embargo apenas estaba enterada de su investigación y el objetivo que él buscaba, ella mayormente se concentraba en ser la administradora del hogar, así como comprarse cosas con el dinero que el señor Perez ganaba. Mi problema comienza esa fatídica noche del 31 de diciembre, mi novia, Marissa, me había invitado a cenar a su casa, lo discuti con mis padres quienes en un inicio no querían que pasara el fin de año en una casa ajena, luego de varios días de ...