El gran cambio

 Humberto era un hombre que había tirado su vida por la ventana, el alcohol y las drogas dominaron su vida a tal punto que llego a perder su casa, su familia y su salud. El hombre vagaba por las calles del centro de la ciudad buscando algo de comida y basura con algo de valor para comprar algo que le hiciere dejar de recordar su miserable vida.

Un día como de costumbre visito la preparatoria Pencey, adoraba observar a las chicas de la misma desde fuera de la reja, siendo muchas veces perseguido y golpeado por el Guardia de la misma, al ser un colegio de paga se daban el lujo de tener varios guardias en cada entrada, los cuales constantemente golpeaban a Humberto al punto de dejarlo inconsciente, espectáculo que Víctor disfrutaba desde dentro de la escuela.

Víctor por otro lado era un adolescente frustrado, era muy bajito para su edad, lo que le había traído múltiples problemas con sus compañeros, quienes solían molestarlo casi a diario por ello, pero lo que a Víctor le faltaba en estatura le sobraba en malicia e intelecto. Viniendo de una familia humilde solía esforzarse mucho más que el resto para mantener su beca y un día, tal vez, labrarse un nombre. Siempre que presentaban un examen era quien mejor calificación obtenía, no había quien pudiera competir con él, eso lo sabía Ximena. Ximena era hija de un abogado bastante prolífico, el hombre había librado de la cárcel a un par de jefes de organizaciones criminales lo que le ganó fama y dinero, además de curiosamente haber sido quien embargo la propiedad de Humberto al este quedar sin dinero para pagar la hipoteca. 

Luego de aquella golpiza que dejo inconsciente a Humberto, un par de policías lo retiraron de la escuela, arrastrándolo hasta un parque cercano, donde el hombre pudo recobrar la consciencia, se sentó y miro a su alrededor, notando como su botella de licor yacía rota en su pantalón, así como varias heridas sangrantes cortesía de los guardias. 

–Hijos de perra. 

Murmuraba entre dientes mientras notaba a los chicos salir del colegio, una camioneta blanca, casi del tamaño de un camión con una esbelta pero muy hermosa mujer manejando, la cual se detuvo frente a la escuela para recoger a la joven Ximena, aparentemente era la madre de la chica.

Tras Ximena caminaba el pequeño Víctor, una mirada de frustración se dibujaba en su cara mientras avanzaba en dirección a la parada de autobús, la cual estaba detrás de Humberto. 

–Esa maldita…

Decía refiriéndose a Ximena, quien un par de horas atrás amenazó a Víctor para que hiciera su proyecto final por ella, ya que si no la realizaba ella le diría todos que le había tocado sin su permiso, lo que puso muy nervioso al chico, al punto de caer de espaldas, dando lugar a la oportunidad perfecta para Ximena de gritar, diciendo que trataba de mirarle la ropa interior, lo que llevo al joven a tener un reporte en su historial.

Mientras el chico rodeaba al oloroso y sucio de Humberto una luz purpura cruzo el cielo a una velocidad sorprendente, dejando caer un manto del mismo color el cual cubrió la piel de todos en ese parque, o tal vez ¿el mundo?, fuese como fuese Víctor ya no se encontraba más en aquel parque, se encontraba conduciendo una camioneta a alta velocidad, apenas reaccionar presiono los frenos de la misma, causando un estruendoso sonido, que se vio acompañado del grito de lo que parecía una niña a su lado: Ximena.

CONTINUARA.............

Es un gusto poder volver después de tanto, espero que esta vez mi retiro no dure mucho, esta historia esta inspirada en algo que mi amigo D. y yo platicábamos, le mando un saludito <3, comenten sugerencias para caps o historias, y prometo subirlos mas a menudo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Venganza 1

EL GRAN CAMBIO (3)